miércoles, 16 de noviembre de 2011
Miguel Abadía Méndez
Miguel Abadía Méndez fue el último presidente de la Hegemonía Conservadora, y perteneció a la llamada generación de políticos gramáticos, que administraron el país basados en el poder de la retórica y el dominio del lenguaje. Realizó sus estudios en el Colegio del Espíritu Santo en Bogotá, ingresó a la Universidad Católica y, posteriormente, al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde obtuvo el grado de doctor en Derecho y Ciencias Políticas. Participó en la redacción del periódico literario El Ensayo (1887) y El Colombiano, hoja publicada para defender la candidatura de Miguel Antonio Caro a la Vicepresidencia de la República en 1891. Son de su autoría el Compendio de historia moderna, Nociones de prosodia latina y Geografía de Colombia, basada en el texto de Carlos Martínez Silva. Tradujo, además, las obras de Monlaur y la Historia moderna de Fredet, entre otras. Emérito profesor de Derecho y hombre público en ministerios (desempeñó las carteras de Instrucción Pública, Hacienda, Relaciones Exteriores, Gobierno, Guerra y Correos y Telégrafos), asambleas, cámaras legislativas y legaciones diplomáticas, Abadía Méndez fue miembro de las Academias Colombianas de Jurisprudencia y de la Lengua.
Inicios
Fue el presidente Miguel Abadía Méndez quien inauguró, en 1929, la primera radiodifusora en Colombia, llamada HJN. Unos meses más tarde nace, con el nombre de La Voz de Barranquilla, la primera emisora en Barranquilla (la infraestructura necesaria para mejorar las comunicaciones había sido instalada, en el año de 1923, por la empresa Marconi Wireless Co, la cual fue, durante veinte años, la única empresa en el país que llevó a cabo esta tarea).
La primera emisora comercial en el país nace en 1931 (su nombre era HKF). A partir de ese momento nacieron muchas emisoras comerciales, a la vez que se implantó la reglamentación que habría de controlarlas. Al principio, estas emisoras eran dirigidas por una sola persona, quien se encargaba de operarlas y, en general, de llevar a cabo todas las tareas que exigía cada una de ellas, de tal suerte que éstas funcionaban intermitentemente, dependiendo de la disponibilidad de tiempo y recursos de sus dueños, lo cual hizo que las emisoras comenzasen a hacer, por su cuenta, cuñas radiales, las cuales, a pesar de su falta de profesionalismo, se convirtieron en el medio preferido de las marcas para hacerse conocer.
Lo anterior dio lugar a una lucha entre la radio y la prensa, hasta el punto de que ésta última logró que, en 1934, se emitiese un decreto que prohibía a las emisoras radiales leer las noticias publicadas por los periódicos, lo cual sólo podía hacerse doce horas después de que éstos hubiesen sido publicados. No obstante, el auge de la radio, debido a su capacidad de inmediatez y a su agilidad, era evidente, haciendo que a los medios escritos no les quedase otra opción que la de negociar al ver el gran interés que el gobierno tenía en este nuevo medio. Este crecimiento se dio sobre todo entre 1935 y 1940, años en los que se importaron modelos radiales de Estados Unidos y en los que la inversión por parte de la empresa privada y del sector público en los medios radiofónicos era cada vez mayor.
Ante estas nuevas condiciones, los dueños de las emisoras, quienes hasta entonces lo hacían todo solos, buscaron organizar sus estaciones de una manera empresarial para darle más calidad a los programas, además se comenzó a transmitir diferentes encuentros deportivos en vivo, más horas de programación con obras humorísticas, así como los llamados programas especiales, que se hacían para cubrir los acontecimientos más importantes.
HISTORIA DE LA RADIOLas primeras emisiones públicas de radio tienen lugar por primera vez en el año de 1912, a raíz de la proliferación de señales de radio provenientes, en especial, del transporte marítimo y de las estaciones terrestres de comunicación. Muchos teóricos dicen que la radio pública se originó como consecuencia de las enormes dificultades de comunicación evidenciadas durante el hundimiento del Titanic (12 de abril de 1912), ya que éste trató de comunicarse durante tres días sin lograr una respuesta eficaz de las embarcaciones o puertos cercanos, haciendo que, una vez ocurrida la tragedia, se crearan ciertas reglas de emisión radiofónica para cada país, todo ello con el fin de lograr un sistema de comunicaciones más eficiente. En 1920 le son asignadas, por primera vez, algunas frecuencias exclusivas a las estaciones de radio de Estados Unidos. A partir de este año empiezan a nacer diferentes estaciones, así como a aparecer las primeras cadenas radiales, las cuales operaban con distintas estaciones en diferentes partes de un mismo país; sin embargo, en esta época eran los gobiernos los que más utilizaban la radio, ello debido al poder y al alcance masivo que ésta tiene. En 1922 nace la radio comercial, cuyo fin, inicialmente, era el de emitir cuñas publicitarias, pero tan sólo un año más tarde se empiezan a emitir programas de narraciones e historias, descubriéndose que lograban una gran audiencia. En 1932 aparecen los |discjockeys y, con ellos, los estribillos (los famosos |jingles) para los comerciales cantados. Cuando apareció la televisión, en 1948, se pensó que la radio iba a acabarse, sin embargo esto no sucedió, sino que, por el contrario, se hizo cada vez es más fuerte, pues, hasta hoy, ésta llega a un sinnúmero de personas que no pueden ver ni leer, así como a otras tantas que, en sus labores cotidianas, buscan en ella compañía. |
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